martes, 18 de febrero de 2014

Posted by Dante Romero On 8:52
Algunas editoriales —sobre todo las españolas—, alucinan que aún tienen poder. Por ello me pareció absurda una cláusula por la cual querían cambiar ciertas expresiones contenidas en mi novela: La muerte de los trece bomberos.

En mi novela se dice: muchacho, chiquillo, niño; pero según el editor eso debe cambiarse por “chaval”.

Igualmente este cambio involucraba a: gustar por molar, cigarro por piti, loco por tronado, robar por mangar, etc.

Para ellos esto significaba “corregir” mi novela.

Considero haber tenido un claro momento de reflexión y lucidez para no enviar a ese editor y su equipo de personas al quinto infierno.


¿Por qué los escritores no respondemos como un artista plástico?

Dígale a un escultor o pintor que debe cambiar el color o retirar esa parte de su obra o agregar otra, simplemente porque a usted no le gusta.

¡Inténtelo!

Estoy seguro que el escultor le dará una mirada fulminante, tal vez no le diga nada, pero por dentro le estará diciendo: #@&/?*+ ¿Me comprende, verdad?

Un pintor o un escultor jamás aceptarían que usted venga a mutilar sus obras. ¿Por qué entonces los escritores debemos aceptar esta mutilación en las nuestras de parte de editoriales españolas?

Debo aceptar también, recibir el miserable 5% de las ganancias de mi propio libro, mientras observo que el 50% se lo lleva “El corte inglés” y el otro 45% lo comparten la distribuidora y la editorial.

Por esa razón he decidido quedarme en Amazon, gano más por cada novela vendida y además… no las mutilan.

Mientras exista ese escenario de humillación para escritor, es mi deber decirles: Señores editores españoles…  ¡Coman mamey!

Si mi artículo fue de su agrado lo invito a compartirlo en sus redes sociales e incluso dejarme algún comentario.

Hasta pronto.

Buen día para todos. Felicidad en sus hogares. Nos leemos.

Dante Romero
Consultor en ventas, negociación, recursos humanos y Forex | Escritor Amazon.com

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6 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Ja,ja,ja!!! muy buena la alusión al video de Open English.
No sé qué editorial habrá sido esa, porque según veo, cambian palabras formales por jerga. Aquí en Venezuela decimos "chamo" al muchacho, pero si se trata de literatura el asunto es diferente, a menos que se trate de un diálogo coloquial.
suerte que no pactaste con ellos, a mi nunca me hicieron esa clase de correcciones, mi distanciamiento con las editoriales es por otras causas.

Francis Molehorn dijo...

Perdona que use tu acertadísimo comentario para hacer un poco de "spam", Dante, pero no me he podido resistir.

http://venusandamor.com/blog/en-que-idioma-escribimos/

Un fuerte abrazo
Francis

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Espectacular entrada. como suele decirse... al pan, pan y al vino, vino...Ni que les estuviera yendo tan bien que siguen ponièndose los moños...Los que parecen hablar en jerga son ellos..

Compartì tu entrada en mi muro...y tambien la llevo a Twitter..

Por cierto que eso de molar ni siquiera es tan viejo. Estoy segura que hace 30 años no existia.

Saludos

Heberto Gamero dijo...

De acuerdo, Dante. No sé por qué los editores, si no son escritores, se empeñan en corregir a quien lo hace bien. He leído novelas chilenas, colombianas, mexicanas... y cuando leo sus regionalismos me siento más identificado con sus personajes y escenarios. Así que por mi parte no está demás lo del mamey.
Saludos

altirado dijo...

Este es un tema muy importante. El autor y creador de los personajes es el que sabe cómo reaccionan y por lo tanto, cómo se expresan. Vamos a dar por cierto que ese autor está escribiendo coloquialismos que conoce. Esto hace que ningún editor extranjero o nacional tenga derecho a modificar esos términos. Alguien me sugirió que en mi novela (en español), donde uno de los personajes es un mafioso de New York (se supone que habla en inglés), no pusiera términos como "fuck you" "shit" y otros para pintar al maloso. Ningún lector, lo tomaría en serio si yo pusiera "maldición!" "rayos" "qué demonios."