miércoles, 20 de julio de 2011

Posted by Dante Romero On 10:38
Hace unos días me encontré en Twitter con una persona que criticaba a los escritores diciendo que no deseaba leer a los escritores «malos». Le pregunté entonces: ¿qué entendía ella por escritor «malo»? ¿Quiénes eran para ella tales escritores? Hasta hoy, estoy esperando la respuesta.


Igualmente esparcí la misma pregunta en la red de Twitter, esperando alguna respuesta pero… no obtuve nada.  


En lo personal no creo que exista diferencia entre bueno o malo. Cada escritor lleva el arte en sus manos, al igual que cada artista plástico, escultor, etc. Todos quieren trasmitir algo.


Todo ciertamente es subjetivo. La belleza con la cual el escritor, el pintor o escultor miran su obra es de él o de ella. Desde ahí solo esperamos ser agradables… no a todos, sino a los que se identifiquen con nosotros, pues sería inútil imaginar que todos encuentren en nuestras páginas lo que anhelaban estar buscando. 


Por tanto, será subjetiva igualmente la apreciación que dé el lector.
El arte tiene infinidad de variables. En la literatura, sin embargo, existe la publicidad añadida de determinada editorial y ese efecto publicitario nos atrapa también subjetivamente, para impulsarnos a la compra de determinada obra.



Lo que sí podemos decir hoy, es que existen dos clases de escritores. Los que son representados por una editorial o los que escogen el camino de la autoedición.


Por la autoedición, el escritor se presenta directamente al lector. Muchas y muchos de ellos, son los que se han «cansado» de tocar las puertas de estas editoriales y se abren paso, con la confianza de sí mismos. Estos nuevos escritores no están «atados» a contratos agiotistas de estas editoriales, donde el pago por su obra se rebaja a la humillante cifra del 5% si es novel y hasta 7 ó 10% si es un dinosaurio muy añejo.


Puedo ver, que cada día más escritores piensan en la autoedición. Puedo ver que los precios de los libros bajarán en el futuro cercano, gracias a los eBooks o a la impresión por demanda.


El nuevo escritor, debe llegar a ser como cualquier otro artista. Sin tener que acudir a un agente literario que dice poseer la «llave mágica» para convertirlo en célebre escritor, cobrándole 100 dólares americanos por la «gracia» de leer su manuscrito, para finalmente decirle: ya veremos que sucede, sigue esperando.


El escritor de hoy; es aquel que termina su obra y la cuelga en Internet a la vista de sus lectores, sin ser «mutilada» en ningún párrafo o guión, como hoy, aún algunos escritores lo permiten, por «recomendación» de su editorial.


Permite el escultor que se mutile su obra por recomendación de alguien, para que de esa manera pueda ser exhibida. Permite el pintor que se añadan otras formas y colores a su obra por «recomendación» de alguien.


Mi segunda novela pronto será «colgada» en internet, sin mutilación alguna, tal como la  concebí  y la diseñé. Y será puesta específicamente en Amazon.com, a quienes agradezco siempre sus finas atenciones hacia mi persona.



No existen malos, ni buenos escritores. Todas y todos ponen su corazón en cada obra. 


¿Cree usted aún que existen «los malos escritores»? Entonces haga algo… intente escribir su propio libro, sé que usted lo hará mejor que todos ellos.