lunes, 10 de septiembre de 2012

Posted by Dante Romero On 0:30

Nuestros besos diurnos,
están matizados de colores.
Saben a miel y huelen a campo.
Nuestras manos de exploradores,
quisiera poseer el hipocampo.
Para esas noches de mar profundo,
donde desvanecidos de tanto amar,
quedamos.
Y nuestros besos nocturnos,
ah, nuestros besos nocturnos,
bajamos las estrellas en un segundo,     
antes de quedar dormidos y soñar,
que pronto amanecerá y… volveremos a amarnos.

De mi libro “fragmentos de amor” edición 2012, registrado en INDECOPI Lima-Perú. Derechos internacionales reservados.






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